martes, 4 de diciembre de 2007

MI CERILLA

Vitote: "Joder macho, y no se callan"

RD: "Mira a ver..."

Vitote( en voz alta): "Me dá a mí que voy a tener que amordazar a alguien"

RD: "Joé macho"

Vitote: "Es mano de santo"

Hay días que es mejor no levantarse. Por nada en concreto, porque aunque sonrías por dentro se cuece algo. Días que por mucho que hagas van de mal en peor, pero sólo dentro de tí. Da igual que hoy me hayan dado el nuevo chándal del equipo y un chubasquero por el tercer año de ficha. Da igual que te llegue ese mensaje de esa persona que esperabas desde hace tiempo. Da igual que duermas buena siesta o que comas buena comida. Te vas apagando como una cerilla, se va agotando el corto hilo de papel doblado que sostiene tu cabeza ardiendo. A punto de explotar no, consumiéndose sobre sí misma. En Alemania hay un dicho según el cual, cada vez que enciendes una vela con otra estás matando a un marinero, ya que antiguamente los marineros en sus largas noches en alta mar se dedicaban a fabricar fósforos para darle un empujoncito a sus cortos ingresos. Con la de cerillas que han ardido hoy dentro de mi cráneo matando neurona a neurona, bien se podría haber mantenido a toda una tripulación.

Nada me ha levantado el ánimo, ni siquiera volver a entrenar, eso me ha bajado la moral mucho más. Ver las caras de alegría de mis compañeros por la victoria del sábado ayudaba a alegrarse, pero que me digan "te echamos de menos a la vuelta sin tus chistes y tus imitaciones y sin las canciones del equipo", eso me reduce al bufón del equipo, lo cual se ve que no es necesario para ir segundos en liga ya que sin mí llevan dos victorias seguidas y arrasando. He perdido el puesto, eso es bastante obvio, tras dos semanas de baja es normal y lógico. Pero el problema es que no sé si quiero recuperarlo, y esa sensación me da miedo. Es mi último año de rugby ya que, por la distribución de los exámenes en sexto, no podría estar al 100% en el equipo y no me gusta esa sensación de no estar en algo al 100%, de ser solamente alguien que va de vez en cuando. Y no quiero tener esa sensación de dejadez, de no querer placar, de no querer romperme con los 15.

Siento este post de bajón, pero realmente no tengo anécdotas de esas que me encanta contaros para que paseis un buen rato. Todos tenemos derecho a caernos de vez en cuando, espero levantarme pronto, el puente quizás ayude. En el puente me voy a mi tierra, Robleda huele a matanza, a lumbre y a mantecados. Volver a las raíces siempre viene bien para reencontrarse y sacar la cabeza para respirar. Sobreviviréis sin este lúgubre coco unos dias.

7 comentarios:

Lucano dijo...

Pasa buenos días en tu pueblo. Yo estuve hace años en Robleda, cuando vivía en Villar de la Yegua. Dos décadas han pasado, ufff!!! No nos pongamos nostálgicos... ¡Y a recuperar ese puesto en el equipo!

Aradiah dijo...

a veces necesitamos estar un tiempo a oscuras para que una de las cerillas que se encienden en la cabeza nos acabe iluminando ;)
todos podemos estar de bajon un tiempo...pero hay q tomarselo como un modo de recuperar fuerzas para lo que viene.
ah! yo prefiero un bufon que me anime y me haga reir, q un partido sin sonrisas....por mucho que acabeis primeros :P

W. dijo...

Entiendo perfectamente tus palabras. Solo se decir: animo!

Un abrazo

Anónimo dijo...

Ánimo Vitoteeeeee!! Que bajones tenemos todos... pero luego el subidón es mejor!!

Ciao!!

Alv dijo...

la matanza, los "ligeros" dulces navideños y el reencuentro familiar te hacen olvidar todas las penas (o te las sustituyen por agobios varios, xo vamos, jeje). Acabas de volver a entrenar,date tiempo y algún q otro partido pa readaptarte... no sabía lo de la leyenda de las velas, es chula... pa no quemar cerillas ni matar marineros, CÓMPRATE UN MECHERO!!! :-)

MIRtirizado dijo...

Mucho ánimo!!!!!!!!!!
TIenes que tener en cuenta que todo es relativo. A echarle valor y tesón.
Saludos.
PD: he decidido reabrir el blog, así que me volveré a pasar por todos los sitios amigos.

Zitrone dijo...

EL bajón es algo necesario en los seres humanos. Más aún en los que, por su carácter, no parecen necesitarlo nunca.
Vuelve con las pilas cargadas. Nos debemos un café (o una pinta)
Besicos de limón