viernes, 21 de septiembre de 2007

MI EQUINOCIO



Ya empieza, las hojas empiezan a amarillear, llevamos ya una hora de otoño, ya empiezo a sentirme bien. Me encanta la lluvia sobre la cara en los primeros entrenamientos, la señora castañera en su puesto de la avenida, el calor de los guantes las mañanas de noviembre, las setas, volver a ver las caras de mis compañeros, San Lucas, el principio de la liga( de esa del balón redondo no, de la mía), los colores del monte cuando vuelvo a mi tierra en Todos los Santos, los buñuelos, las tardes de "las tres b"(brasero, baraja y "b"ino), la ACB, la NBA, la KGydée...Tantas cosas que me gustan de esta estación, quizás será porque nací en ella, un día cualquiera de noviembre nacía un dagal de pelo rizado, ocasional déficit atencional y sacos de ideas absurdas por bolsillos( como estudiar medicina, ¿en qué coño estaba pensando?mecagonlavocación).

O quizás sea porque las hojas me recuerdan a patio de colegio, a partido en la plazuela con las rodillas embarradas, a mi hermano bajando la persiana mientras pasa su viernes conmigo jugando a la videoconsola, a primeros amoríos, a crecer demasiado deprisa.

Aunque también apesta a dolor, a las hojas que se me caen porque, aunque ustedes no lo sepan, todos los de mi tierra somos robles, y los robles son de hoja caduca. En otoño nos deshacemos de los males menores y mayores. En otoño se despiden de mí mis hojas, que me recubrían y me alimentaban de una u otra forma, en uno u otro tiempo. Pero simplemente es nuestra forma de cargarnos de agua y ahorrar energía para el duro invierno, para que no se congelen nuestros brotes y muramos. Pero aún así, duele deshacerse de una parte tan importante de tí, aunque sea de manera forzosa y programada cual apoptosis celular( valga la redundancia). Aunque las hojas, las más altas o las más bajas, son necesarias para mi sustento, vuelven a salir, lo importante es que mi tronco y mis ramas sigan en su sitio, y mis raíces en tierra, húmedas y abonadas, en parte, por esas hojas perdidas...
Foto: "Dehesa de Arriba" Robleda

6 comentarios:

Scarlett dijo...

Y a mi que el otoño como que no me llama... pero oye, para gustos los colores, es bueno eso de ver el lado positivo de las peores estaciones
Besitos!

Anónimo dijo...

Weno pos aki en Toulouse el otoño se ha notado por el frio ke hace por la noche. Y la calefaccion brilla por su ausencia. Pufff hoy he descubierto ke la pediatria es una fiesta estes donde estes, asi ke un buen dado de multiples caras tendra ke decidir el el lugar y el momento de hacerla. A ver ke tal nos trata la estacion ke nos vio nacer. Bon courage

Mj dijo...

A mí ya se me acabaron los otoños plagados de principios y el castañero me da a mí que se lo está pensando para este año.
Hablas de frío y de braseros y aquí estoy yo en falda y manga corta. El Sur me ha cambiado las estaciones...

Zitrone dijo...

A mí me gusta el Otoño, aunque no tanto como el Invierno.
Y, por cierto, me chifla la apoptosis. Yo es que me imagino a una célula dándole a los Valiums con alcohol y...
Besicos de limón

W. dijo...

Tengo poco tiempo para leerte pero por lo menos sàe que estàs escuchando buena musica. Asi me gusta, los Lori son grandes, jejej
Un abrazo desde firenze

Anónimo dijo...

Uff menos mal que lo has terminado optimista, ya me temía un final tristón :)
Yo también nací en esta estación y aunque me gusta mucho el sol y el calor, todas tienen algo bueno.
Saludos!