MI MAESTRO, MI ANSIOLÍTICO Y MI DOLOR DE CUELLO

Es comprensible que la gente odie la fiesta de los toros, por lo primitivo de la suerte de espadas, por las camisas de marca y los egos que se exhiben en la plaza, por el parking lleno de Mercedes-Benz( pero no de esos de estraperlo de Alemania). Yo tengo mis razones para odiar la fiesta de los toros, por ideología, por incompatibilidad de caracteres, por...Pero si hay una cosa que llenaba mi infancia era las tardes con mi abuelo y las ovejas( parece raro, ahora explico), mi abuelo era pastor y trabajaba para un señorito que le metía en una caseta de adobe a vivir mientras él se compraba un todoterreno nuevo. Mi abuelo me contaba muchas historias, se pasaba la tarde relatando historias de cuando emigró a Francia para ganar cuatro perras y casi morir aplastado, historias de perros fascinantes que dejaban a Lassie y a Jerry Lee( ¿no recordais a Superagente K9?) a la altura del betún. Pero también me contaba historias de toros, de cómo el toreo es un arte y un don que tienen muy pocos, de cómo Manolete cuadraba al toro y no movía los pies, de cómo Antoñete encontraba pelos del morlaco en su taleguilla y sobre cómo la fiesta de los toros había muerto. Hasta que un día en Galapagar nació un chavalillo que tenía "esa magia que hace del toreo algo especial". Yo nunca he comprendido mucho la fiesta de los toros, nunca he disfrutado con la muerte de un animal a manos de un tío con un trapo rojo, porque eso es lo que parecen la mayoría de los toreros. Además me encantan los toros, son animales bravos y tozudos, incomprendidos y criados para caer sobre el albero, pero a pesar de ello pelean hasta el último milímetro con sus pitones rozando las piernas del torero. Un animal tan noble no merece ser apuñalado así, por algún botarate que no sabe ni coger una muleta. Pero cuando José Tomás sale al ruedo, el toro se siente comprendido, porque Tomás sale a lo mismo que el toro, sale a morir sobre el albero.Templa el capote y la muleta, no cabe un alfiler entre pitón y triángulo de Scarpa, pasan siglos en cada muletazo. Así una simple corrida de toros se convierte en una batalla, en un cara a cara en igualdad de condiciones. No le verás huir, no le verás pedirle al picador más vara para "anestesiar" al animal, le verás arrimarse rozando la muerte. En el momento de matar se mirarán a los ojos y estarán hermanados, serán un mismo ser, el uno no se entendería sin el otro, quieres que ese momento se pare en el infinito, que no llegue la estocada porque entonces todo habrá acabado a estoque o a pitón. Uno de los dos morirá. Y las lágrimas que vi ayer en esos ojos que me han acunado tantas veces, su mandíbula crispada con la cornada y el nudo en la garganta, bien merecen dejar atrás las ideologías porque una cosa son los toros y otra muy distinta... es José Tomás.

Desde hace dos días planeo ir a la tienda de discos, pero me retengo. Miro el eMule con ansiedad, resistiéndome a la tentación del pirateo. Y esque Ismael Serrano ha sacado un disco nuevo y yo no tengo un duro. Me acompaña desde que me salió el primer grano y una amiga me regaló "Atrapados en azul". Ha sido parte de mi banda sonora de los últimos siete u ocho años. Me he despedido y después he llorado "el camino de regreso". He recordado con "recuerdo" y admito tener bastantes "Pájaros en la cabeza". Aunque "Ya nada es lo que era", ya no planeo "La huida", porque se que no llegará. Me pregunto "Qué andarás haciendo ahora" y me respondo "No estarás sola". Pertenezco "Al bando vencido" y no sé "Que va a ser de mí", sólo sé que hecho de menos el "Vértigo" que me daban esas pupilas que se fueron a otros brazos. Además, "Últimamente ando algo perdido, me han vencido viejos fantasmas, nuevas rutinas"



Ésta mañana he ido al taller a llevar a mi padre que tenía que recoger su coche y como llevaba días sin conducir, y ya echaba de menos el aire en la frente(conduzco con la ventanilla bajada coño que mi ForFi no es despiporrable). Todo iba como la seda, "The Strokes" en el radiocasette y nada en la cabeza. PAro en un semáforo, bajo el volumen y de repente zas, recibo un golpe desde la parte de atrás, como cuando te empujaban en las escaleras del cole una y otra vez. Me bajo encendido( mi próximo mote "el cerilla"). Un señor bajito con cadenas de oro se bajó de su Mercedes S500, y muy amablemente me dijo "ay chavalillo, perdona, perdona, perdona", claro esa amabilidad hace que "el cerilla" se convierta en un cachorrito de perro de aguas( si tuvieseis mi pelo entenderíais por qué los llaman perros de aguas). Total que el señor me rellenó el parte del seguro, me dió su teléfono y el de su sobrina, no, el karma no me debe tantos favores, esque su sobrina era la de la compañía de seguros. Pero de camino a casa he empezado a sentir un dolor en el cuello del copón, voy a ver si duermo siesta, pero me parece que esta tarde, de gimnasio, ni hablamos.