lunes, 1 de octubre de 2007

MIS PACIENTES FAVORITOS

Es imposible, yo nunca he conseguido no cogerle un cariño especial a algunos pacientes. Son esos que te caen especialmente simpáticos o que están especialmente graves. El año pasado era un chico con una estenosis traqueal, era el único joven de la planta y fué la primera historia clínica que hice solo en mi vida, esas cosas nunca se olvidan. Éste año me ha ocurrido una cosa, hasta el día de hoy no he visto a ningún paciente al que no le haya cogido aprecio, siempre hay alguno que es más esquivo a tus preguntas, que te observa con miedo por tu etiqueta de estudiante. Por eso te sientes más incómodo con él y la relación estudiante-paciente se vuelve de complicada maniobrabilidad, pero este año ninguno. Debo de estar evolucionando, aprendiendo a comunicarme mejor o a ser más comprensivo, cualquiera de estas habilidades me parecen de fundamental adquisición para cualquier médico. Aunque también cabe la posibilidad que la palabra 5º dé más confianza que la palabra 4º.

Y esque hemos tenido a cada uno... la semana pasada vivimos la reedición de "La extraña pareja" con Walther Mattau y Jack Lemmon, el paciente depresivo con sus comentarios irónicos y el paciente irritable tiquismiquis hasta que coge confianza. Los dos mano a mano en la misma habitación, tirándose puñales verbales, cada cual más ácido que el anterior. Además lo que más me gusta de ellos es que los dos ya están en casa y han pasado poco tiempo en el hospital. El otro es el que pretendo utilizar como caso de estudio para la memoria de prácticas, costó una hora de preoperatorio por su espalda rara, anestesistas, celador y estudiante estuvimos probando todas las posturas del "Operasutra" para colocar al pobre hombre. Después el dichoso catéter epidural se negó a entrar por su columna( esa pedazo de cifoescoliosis con ligamento amarillo calcificado) y el crack del alumno interno le enredó la sonda vesical en la pierna. Cuando gracias a Dios y al celador, que se despidió con un "hala ya está, ¿le vais a operar vosotros solos o también os hago falta?", le colocamos, fué neumonectomizado con éxito. Se recupera poco a poco pasito a pasito, pero saldrá adelante.

También en estos días hemos descubierto una incompetencia(negligencia suena suave), una paciente revisada periódicamente, con radiografías de tórax cada año desde 2002, con signos patológicos claros para un estudiante a partir de 2004, en 2003 ya se ven indicios que para un radiólogo o un experto en radiografía de tórax no deberían omitir. Olvidadas en algún rincón, hasta que la imagen no malignizó de una forma brutal(pulmón atelectásico total, mediastino desplazado casi por completo...) no se le realizó un TAC ni se le derivó al cirujano, ni siquiera se tuvo en cuenta. En la medicina muchas veces las cosas son más una cuestión de tiempo que de conocimiento. El tiempo que le dedicamos a escuchar, a explorar, a mirar las radiografías o las analíticas es la verdadera clave para ser un buen médico. Pero muchas veces no se puede disponer del que gustaría ni si quiera del que se debería. También el tiempo invertido en engrosar nuestros conocimientos es importante, por eso nuestra carrera dura 6 irreductibles años, ni plan europeo ni nada han podido recortarla. Somos adictos al tiempo, que vale más que el oro.

Esta mañana he vislumbrado la acortada sombra del alumno interno...otra semana de segunda línea.

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