lunes, 6 de octubre de 2008

MI BABERO

Llevo demasiado tiempo ausente. Últimamente tengo demasiadas cosas que contar y poco tiempo para hacerlo. Algunas de esas cosas son tan agradables como dos manitas y dos piececitos diminutos, con dos ojitos que cuando te miran te hacen olvidar todos los problemas. A veces pienso que uno solamente puede acumular cierta cantidad de felicidad, y cuando se sobrepasa la línea, uno tiene que bajar en proporción a la velocidad a la que subió. Y esta vez toca bajar mucho, toca rozar el fondo de la "Fosa de las Marianas", toca atravesar el límite de Mohorovicic hasta el manto terrestre, y si sobrevivo a la presión y a la roca fundida, toca caer hasta el núcleo. Toca, pero no es lo que va a pasar. No, esta vez no, esta vez va a quedarse solo en un punto de inflexión para seguir ascendiendo. Porque esos ojitos, esas manitas con esos deditos, esos bostezos y esa vida por delante, mantienen mi perspectiva en modo "always looking on the bright side of life". Ayer cuando llegué a Salamanca, oliendo a sobaco y autobús, con mis clásicas ojeras de "le carcajou", el mundo se me caía encima, no sabía si debía de estar exultante de felicidad, derrotado emocionalmente, o simplemente cansado. Miraba la foto de Quico en mi móvil, y la felicidad arrasaba, lo apartaba de mi vista y todo me abrasaba. Por eso cada dos por tres miro la foto para pensar que todo sigue mereciendo la pena, que nada es tan terrible y que quizás ésto haya ocurrido por algún motivo oculto que jamás me será revelado. Quizás sea un escarmiento o quizás sea un "Vitote, mereces más". Realmente me da igual lo que sea, sé que mañana tendré otro día, y que cuando vengas a rascarme el cogote, a solicitar el coche escoba, a cazar sonrisas cuando el frío hipoteque los tuétanos de tus huesos, yo simplemente miraré la foto de Quico y créeme, saldré adelante, por lo menos hasta el próximo tropezón, con otra piedra distinta.



Quico pesa 3´750 kg y mide 51cm, sólo tiene tres días y ya es el rey de la casa. Su abuelo no le suelta un momento, su abuela es feliz cambiándole los pañales, su padre no termina de creerse que es el tipo más afortunado del mundo y su tío, ay su tío, su tío planea comprarle balones y rojiblancas, en llevárselo de pesca con su abuelo y en miles de planes más sin dejar de sorprenderse de la fuerza increíble que tiene en esas pequeñas manitas. Cogerle en brazos, es la mejor cosa que me ha podido pasar en la vida( hasta ahora), el mundo se para y nada más importa, solamente proteger a esa cosita entre mis brazos. A la mierda las reuniones, las "chicas problema", las chicas de las barras, las chicas que dejo marchar, las chicas en general, las "chapas" del entrenador, las organizaciones, las cúpulas y los "rebotados", los exámenes que amputarán mi vida social, el no tener un chavo, que todo haya sido demasiado rápido, que vayamos a viajar a la conchinchina para seguir odiándonos después, el dibujo de la dichosa camiseta, la capea, el 6-1, el agujero de la capa de ozono y los agujeros que hace el ozono en los que no llevan capa. Todo da igual en ese momento, quizás sea porque realmente, todo importa una mierda, salvo lo que realmente importa( extraído de Petete et al. de la obra "El libro gordo").

10 comentarios:

Pequeña Sinuhé dijo...

Que bonito :)

Anónimo dijo...

Los grandes de verdad son los que no salen por la televisión, los que sólo unos pocos somos los afortunados de conocerlos.
Los grandes de verdad son los que se preocupan por todos los que les rodeamos y hacen lo que sea necesario para levantarnos el ánimo sin esperar nada a cambio.
Los grandes de verdad son los que no solo salen de los malos momentos, sino que además salen reforzados de ellos.
Tú eres un grande entre los grandes, y no tengo ninguna duda de que en poco tiempo esa sonrisa tuya volverá a hacernos felices a los que te rodeamos.
Desde León, un abrazo

W. dijo...

Uoooo. Enhorabuena!
Y respecto a "todo lo demas", que le den.
A venirse arriba, hombreya

Abrazo

Scarlett dijo...

Ooohhh conozco esa sensación, y más ahora, que estoy en plena crisis emocional (por si no fuera poco con la económica) estar con Markel, jugar con él, enseñarle cosas nuevas, su sonrisa, cuando me llama.... son lo único que me hacen olvidar la mierda de vida que llevo y me permiten ser feliz aunque sea por 5 minutos cada día.
Ya verás cómo lo vas a disfrutar, tío

Zitrone dijo...

Ser tío (tía en mi caso) es una experiencia que yo no viviré hasta que no sea bastante mayor (siempre y cuando mi hermano así lo procure); por eso te digo que qué suerte; que menuda suerte; que qué pedazo de trozo de suerte que tienes... Ser tío con 23 años tiene que ser tremendo, porque en ocasiones no sabrás bien quién es el crío :) Y lo disfrutarás al máximo. Conociéndote, sé que sí.
En cuanto al resto, espero que estés bien... Sea lo que sea.
Besicos de limón

Timelady dijo...

Disfrázate de bebé en la fiesta de medicina jeje
Por cierto, qué va a pasar al final?
Qué imbéciles han sido los novatos este año...espero que siga en pie lo de las novatadas DE VERDAD. Ya me contarás.

Natalia dijo...

Enhorabuena! :D
Y ánimo con todo, sigue con la enseñanza de La vida de Brian ;)

carmncitta dijo...

ooooohhhhhhh, qué sensación, de que no hay nada más maravilloso e importante en el mundo :D


'Últimamente tengo demasiadas cosas que contar y poco tiempo para hacerlo' Esta frase la podría haber escrito yo, que estrésssssssssss

Princesa dijo...

Ohhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh.... Enhorabuena por el nacimiento del peque...... Disfrutalo ahora de pequeñito... que ya verás como enseguida se hace mayor...

Y en cuanto a chicas y a problemas... dejalos pasar, no te agobies con ellos ahora... Piensa en el peque y que lo demás se desvanezca... aprovecha lo bueno

Un besote

Mj dijo...

Que se me había olvidado felicitar al reciente titovitote!
Enhorabuena, cuasi doctor, obviamente, llamarse Quico es un buen augurio para ser colchonero o...bueno...del Cái, ¿no? pero Madrid pilla más cerca.

Y recórrete esos kms sin dudarlo, y la próxima vez te llevas la guitarra y le cantas lo que se te ocurra. Nanas o canciones alegres, que las tristes ya nos las quedamos los mayores.

Un besazo.