MI FALTA DE TODO

Vitote:"No, mañana no puedo quedar, me voy a Portugal"

R:"Vaya una que te ha dado a tí con Portugal ni que hubieses tenido un sobrino"


Lo sé, tengo esto desangelado. No paro mucho por casa, me paso el día entre reunión y reunión y entre viaje de 300km y viaje de 300km. Además, tengo las neuronas bastante confusas y fritas de tanto no parar, que soy incapaz de enlazar coherentemente una historia de las muchas que me han pasado estos días. Me falta de todo y a la vez nada imprescindible. Quizás lo que me haga falta sea dormir un rato, tocar alguna vieja canción con "Candela" o mirar una y otra vez el vídeo en el que consigo apaciguar a Quico con el himno del Atleti. Sí, por ahora es rojiblanco, esperemos que su padre no le lleve por la senda del merenguismo.

El viernes pasado, cogí a mi jamelgo de metal y me metí 300km del tirón. ¿Por qué?, porque merecía la pena descubrir que Quico es colchonero, porque se me cae la baba cuando le veo y porque la casa se me caía encima. Estoy tratando de mantenerme ocupado, pensando en las lenguas amputadas de ORL, cabreándome por las estúpidas pataletas postreunión, escribiendo una versión de Loquillo o simplemente no pisando por casa. Porque cuando estoy en casa solo, sólo puedo pensar en temas recurrentes, y eso siempre ha sido contraproducente. Así que 300km en coche son Prozac casero, los mofletes de Quico son Prozac casero, y los flanes que hace la suegra de mi hermano, eso sí que es Prozac casero. Al menos esta semana es San Lucas, y tengo tantas cosas que hacer y que celebrar que no me va a dar tiempo a caer en temas recurrentes, y el tiempo dejará que todo se pase, y que esta confusión se convierta en la sensación de tener todo a mis pies que tenía hace solo un par de semanas.